lunes, 4 de mayo de 2020

«Sólo los amantes sobreviven» (2013), de Jim Jarmusch

Argumento: los protagonistas son Eve y Adam, una pareja de vampiros.  Él, además de vampiro, es un músico desencantado de la humanidad que vive recluido en una mansión en Detroit.  Ella vive en Tánger, pero acude a Detroit cuando las enésimas señales del hastío de vivir de él aparecen de nuevo.  La inesperada llegada de Ava, una hermana de ella también vampira, y los aprietos en que los pone echan a perder el paraíso particular de la pareja.
 
 
Qué: según se contó en su momento, reunir la financiación y los actores para Sólo los amantes sobreviven le costó a Jarmusch cinco años.  En ese tiempo, cambió el guión del propio Jarmusch, pues lo fue despojando de acción y del tipo de acciones que, en un sentido clásico, hacen avanzar una trama.  Queda una sucesión de momentos que muestran cómo son y cómo sienten Eve y Adam.  La muestra tiende a la abstracción y se impregna del sentido del humor absurdo e imperturbable de Jarmusch.
 
Ese sentido del humor no impide que Sólo los amantes sobreviven me parezca la película de una persona bienhumorada y que esté llena de juegos y de guiños.  Pese a tratar de dos vampiros, desde luego evita cualquiera de los lugares comunes del género de terror.  Y los guiños apuntan en todas direcciones.  Por ejemplo, a la autoría de Shakespeare y Marlowe, a Kafka, Poe y Buster Keaton, o a El Quijote, La broma infinita y Las mil y una noches.
 
 
El título de la película, que sólo quienes aman sigan vivos, es casi un acto de fe que, además, hay que entender en sentido figurado.  Así, es muy sugestivo ver a Eve afirmar que «Detroit resurgirá» cuando se maravilla entre las ruinas abandonadas de la ciudad.
 
De quién: de Jim Jarmusch, que había terminado la década anterior con Los límites del control (2009) y que en los años 2010 hizo Sólo los amantes sobreviven, Paterson (2016) y Los muertos no mueren (2019).  Una de las voces más personales y coherentes que le quedan al cine de Estados Unidos.
 
 

lunes, 27 de abril de 2020

«Tabú» (2012), de Miguel Gomes

Argumento: empieza la película en Portugal, en la actualidad de 2012, y sale un letrero que dice «Paraíso perdido». Hay una mujer mayor, Aurora, muy enérgica e independiente, acostumbrada a hacer su voluntad, pero también algo despistada de la cabeza. Aurora fallece, pero poco antes ha mencionado a un tal Ventura, que a nadie le suena y de quien nadie sabe nada.

 
Cuando lo encuentran, Ventura es también un señor muy mayor y muy aficionado a la charla que cuenta una historia. La historia que cuenta, que también vemos, es la segunda mitad de la película, llamada sencillamente «Paraíso». Esta parte está contada como una película muda. Vemos a los personajes moverse y hablar entre ellos, pero el diálogo nunca se oye, sólo la narración en off de Ventura. Es la historia de amor entre Aurora y Ventura, más jóvenes, en África, en los años sesenta, al final de la época colonial, a espaldas del marido de ella.

 
Qué: la película abarca más cosas. Entre otras, contrapone la fea realidad y su recreación bonita e idealizada, Portugal y África, la actualidad de 2012 y los años sesenta, la memoria y su invención, los recuerdos ciertos y los fantaseados, la certeza y la nostalgia, la juventud y la decrepitud, la ilusión y su evocación.

 
Una de las muchas virtudes de la película es la mención explícita al paraíso y al paraíso perdido, porque todo en el Tabú de 2012 de Miguel Gomes homenajea a otra película. Se trata de Tabú de 1931 de F. W. Murnau, que también contaba una historia de amores difíciles y se dividía en dos partes, allí situadas al revés, paraíso y paraíso perdido.
 

De quién: en la década de los años 2010, el portugués Miguel Gomes rodó también su personalísima versión de Las mil y una noches. Una fantasía, muy libremente inspirada en la estructura del libro clásico, que se estrenó en cines en tres partes a lo largo de 2016 para hacer asimilables sus seis horas de duración.

martes, 7 de abril de 2020

«Valor de ley» (2010), de los hermanos Coen

Argumento: la película está contada por la voz en off de una mujer adulta, que recuerda cuando, siendo adolescente, trató de vengar el asesinato de su padre. Para localizar al asesino, tuvo que contratar a Rooster Cogburn, un alguacil tuerto, pendenciero, borracho y fanfarrón que encarna Jeff Bridges.


Qué: los hermanos Coen siguen revisitando géneros muy clásicos del cine, en este caso, las películas del Oeste, pero aportando su punto de vista descreído, irónico o directamente cómico. De Valor de ley no debe olvidarse que está contada por una mujer que, en la distancia del tiempo, recuerda un episodio de su vida que la marcó. Podría ser una película de venganzas, de acción, de aventuras.

Lo es y con brillantez, pero es también una rememoración del aprendizaje y del tránsito de la niñez a la madurez. Una sucesión de episodios muy caracterizados en el cine del Oeste, el paso del río, la emboscada, el duelo, la cabalgada nocturna bajo un cielo estrellado, la pérdida del caballo. Si resuenan, no es por su eficacia narrativa, sino porque, como los cuentos, Valor de ley se sirve de ellos para hablar del aprendizaje vital y del eco que deja.

De quién: con los hermanos Coen no hacen falta presentaciones a estas alturas, ni recordar que Muerte entre las flores (1990) o Fargo (1996) son excelentes. De su trabajo entre los años 2010 y 2019, destacaría también A propósito de Llewyn Davis (2013). Por su luz invernal sobre Greenwich Village y su gato naranja de nombre homérico, Ulises. Y por su retrato de la cara b de una bohemia fracasada que duerme en sofás prestados porque no tiene otro sitio donde hacerlo.


martes, 24 de marzo de 2020

«Copia certificada» (2010), de Abbas Kiarostami

Argumento: un escritor inglés da en un pueblo italiano una conferencia sobre el valor del original y la copia en el arte. Una galerista francesa, Juliette Binoche, acude a presentarse al terminar. Prende la conversación y pasan el resto de la tarde hablando mientras se desplazan en coche y luego pasean por los paisajes de la Toscana.
 
 
Qué: al menos, una de las más grandes secuencias del cine de la pasada década. Hacia la mitad, cuando están sentados tomando un café. Él sale un momento a hablar por teléfono y la dueña del café se interesa por Juliette Binoche, por si están discutiendo como pareja. A partir de ese momento, cuando él vuelve empiezan a discutir efectivamente como una pareja de personas desencantadas la una de la otra.
 
Una audacia formal inesperada que abre un abismo a los pies del espectador y que lo obliga a interrogarse sobre lo que está viendo. Lo que hasta entonces podía ser una discusión algo retórica sobre el original y la copia, Kiarostami lo integra con la propia forma de la película.  Copia certificada indaga sobre la naturaleza de las relaciones, la sinceridad y la mentira, la transparencia y el fingimiento, la vida y su imitación, la realidad y su representación. Además de todo eso, es como mínimo un simpático homenaje a Te querré siempre, de Rossellini.
 
 
De quién: Abbas Kiarostami, cineasta iraní que rodó con ésta su primera y luego única película europea. Falleció en 2016. Entre medias, había completado una película más, en Japón. Se llamó Like someone in love (2012) y trágicamente quedó sin estrenarse en España. De los Kiarostami que conozco, mis preferidos eran ¿Dónde está la casa de mi amigo? (1987) y Primer plano (1990), además de la propia Copia certificada.
 
 
(Con éste, inicio una serie de pequeños comentarios sobre doce películas que me gustaron de la década 2010-2019).


sábado, 4 de enero de 2020

Libros y películas de 2019


La fuente de las confidencias (Museo Sorolla, Madrid)
Empezaré con una confesión de culpa. Apenas puedo hacer una lista de los libros leídos este año, porque he leído poquísimo. Justo en estos momentos estoy leyendo uno interesantísimo, Vivir, pensar, mirar, de Siri Hustvedt, pero no lo he terminado y no me parece correcto incluirlo entonces. Leí otros suyos este año y no me han gustado lo mismo. En cualquier caso, nada como la maravilla de descubrir Todo cuanto amé, cuando lo leí. También he leído varios de Philip Roth y veo que con él me cuesta muchísimo conectar. Puedo apreciar su calidad, creo, pero su universo y todos sus intereses me resultan muy lejanos. De todos modos, suyo es el libro que, con diferencia, más me ha gustado este año y sí que fue una verdadera maravilla. Para este año 2020 que entra tengo preparado alguno más. Por ejemplo, Pastoral americana y El teatro de Sabbath.

Mis lecturas preferidas de 2019. Dada la brevedad de la selección, me es fácil ordenarlas en función de cuánto me gustaron.
  1. La contravida, de Philip Roth
  2. Un largo sábado, de George Steiner y Laure Adler
  3. La visita al maestro, de Philip Roth
Con las películas sí he cubierto un cupo razonable como para poder escoger diez. Lamento que las de algunos veteranos maestros no hayan entrado (Jarmusch, Eastwood, Scorsese), pero mi 2019 de novedades cinéfilas se representa bien con las siguientes:
  • Ad astra, de James Gray
  • Día de lluvia en Nueva York, de Woody Allen
  • Dobles vidas, de Olivier Assayas
  • Dolor y gloria, de Pedro Almodóvar
  • Érase una vez en Hollywood, de Quentin Tarantino
  • El hotel a orillas del río, de Hong Sang-soo
  • La portuguesa, de Rita Azevedo Gomes
  • Retrato de una mujer en llamas, de Céline Sciamma
  • El traidor, de Marco Bellocchio
  • La virgen de agosto, de Jonás Trueba
Quería dejar también una mención a algunas películas que no sean de actualidad. Este año reconsideré Gertrud, de Dreyer, y quizá sea lo mejor que he hecho en términos cinéfilos en todo el año. La vi hace siglos, doblada, en el programa de Garci y no me gustó o no la entendí. Pues ha pasado el tiempo suficiente, las décadas suficientes ya, como para cambiar de opinión. Me parece un diez de película y ahora me gusta más que La palabra.

Una posible selección, aunque haya habido muchas otras películas excelentes:
  • Amoríos, de Max Ophüls
  • Chanson d'Armor, de Jean Epstein
  • Gertrud, de Carl T. Dreyer
  • Lost, lost, lost, de Jonas Mekas
  • Los músicos de Gion, de Kenji Mizoguchi
  • El pan nuestro de cada día, de F. W. Murnau
  • Las cuatro películas de Fritz Lang situadas en el contexto de la Segunda Guerra Mundial: El hombre atrapado, Los verdugos también mueren, El ministerio del miedo y Clandestino y caballero