martes, 24 de marzo de 2020

«Copia certificada» (2010), de Abbas Kiarostami

Argumento: un escritor inglés da en un pueblo italiano una conferencia sobre el valor del original y la copia en el arte. Una galerista francesa, Juliette Binoche, acude a presentarse al terminar. Prende la conversación y pasan el resto de la tarde hablando mientras se desplazan en coche y luego pasean por los paisajes de la Toscana.
 
 
Qué: al menos, una de las más grandes secuencias del cine de la pasada década. Hacia la mitad, cuando están sentados tomando un café. Él sale un momento a hablar por teléfono y la dueña del café se interesa por Juliette Binoche, por si están discutiendo como pareja. A partir de ese momento, cuando él vuelve empiezan a discutir efectivamente como una pareja de personas desencantadas la una de la otra.
 
Una audacia formal inesperada que abre un abismo a los pies del espectador y que lo obliga a interrogarse sobre lo que está viendo. Lo que hasta entonces podía ser una discusión algo retórica sobre el original y la copia, Kiarostami lo integra con la propia forma de la película.  Copia certificada indaga sobre la naturaleza de las relaciones, la sinceridad y la mentira, la transparencia y el fingimiento, la vida y su imitación, la realidad y su representación. Además de todo eso, es como mínimo un simpático homenaje a Te querré siempre, de Rossellini.
 
 
De quién: Abbas Kiarostami, cineasta iraní que rodó con ésta su primera y luego única película europea. Falleció en 2016. Entre medias, había completado una película más, en Japón. Se llamó Like someone in love (2012) y trágicamente quedó sin estrenarse en España. De los Kiarostami que conozco, mis preferidos eran ¿Dónde está la casa de mi amigo? (1987) y Primer plano (1990), además de la propia Copia certificada.
 
 
(Con éste, inicio una serie de pequeños comentarios sobre doce películas que me gustaron de la década 2010-2019).